Seguramente más de una vez te has preguntado ¿por qué no funcionan las dietas?, más aún cuando haces todo al pie de la letra y la balanza no se mueve, sin embargo hay varios factores que pueden estar en tu contra, por eso te aconsejo que leas este artículo.
Se ha demostrado que entre el 70% de las mujeres y el 30% de los hombres han hecho dieta en su vida, hacen todo lo posible para perder peso. Funciona para algunas personas, pero para la mayoría, los resultados no se ven o funcionan por muy poco tiempo y luego agregan más del peso que tenían, pero ¿por qué las dietas no funcionan?
Causas del porque no funciona las dietas
Las dietas son complicadas de hacer, es muy probable que tengamos que dejar de lado muchos de nuestros hábitos alimenticios cuando estamos en una. Este cambio radical ya está dirigido al éxito de la dieta, ya que nadie puede mantenerse alejado de los alimentos que más tenemos. Este cambio radical en nuestra dieta genera estrés y tal cosa es un punto negativo para lo que queremos. Para una persona infeliz y estresada es casi imposible perder peso. Otro factor que amenaza la nutrición es el entorno social. Si estamos a dieta, es muy difícil salir a comer con amigos o familiares y no sentirnos tentados por el alcohol o un postre que todos disfrutan y evitar estas salidas tampoco parece ser una solución definitiva.
Por mucha fuerza de voluntad que tengamos en algún momento de debilidad es posible que nos rindamos y perdamos esa lucha interna por mantener la dieta. Otra causa del porque no funcionan las dietas es el hecho que hemos logrado bajar algunos kilos, y nos volvemos menos dispuestos a seguir ese camino difícil y sacrificado, y nos olvidamos del compromiso con el cambio de comportamiento a largo plazo.
Hacer dieta no soluciona el problema de la alimentación emocional, en todo caso, hace que la gente se deprimida más porque se convierte en uno de los problemas que causa el comer en exceso.
Por todos estos hechos descritos anteriormente es que no funcionan las dietas, entonces lo que se necesita es una dieta que "no sea dieta", es decir, necesitamos una dieta que no cambie radicalmente nuestros hábitos alimenticios, sino que nos permita continuar la alimentación que tenemos con pequeños cambios que no notemos en la inmediatez.
Un ejemplo puede ser cambiar la leche entera por descremada, beber sodas light, hornear en vez de freír los alimentos, cambiar el pan blanco por pan integral. Estos pequeños pasos pueden ser mucho más favorables de lo que pensamos, y no nos sentiremos “a dieta” instantáneamente.
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